Hay historias que valen la pena contarse, que inspiran, motivan y sirven de ejemplo para quienes se atreven a vivir sus sueños, por eso esta entrada de blog está dedicada a la extraordinaria historia de La Mexicana.

René Frohnecke Photography
Hace poco más de un año la curiosidad me llevó hasta el corazón de la ciudad hanseática de Bremen, ubicada en el noroeste alemán. Allí se encontraba La Mexicana que más que una tienda de productos mexicanos era un pedacito de México depositado al otro lado del Atlántico. Mucho ha cambiado para La Mexicana desde aquel entonces; ha crecido, se ha diversificado y ha extendido sus alas con el objetivo de conquistar Alemania. No ha sido casualidad, mucho menos suerte, lo que ha llevado a La Mexicana al éxito rotundo, ha sido el trabajo incansable, la perseverancia y el empeño cotidiano de Mary Carmen Ruiz: la mujer, la empresaria, la mexicana que, contra todo pronóstico, llegó decidida a ganarse el paladar y el corazón de los alemanes.

Centro de Distribución Bremen
“Tuve que volver a empezar, volver a picar piedra.”
Mary Carmen Ruiz
Aunque Mary Carmen Ruiz nació y creció en la Ciudad de México, tenía claro que su destino la llevaría a Europa, particularmente a Francia, un país con el que tenía una conexión profesional de muchos años y de bastante peso. Lo que probablemente nunca se imaginó fue terminar en Alemania. Seguramente tampoco pensó que habría de abandonar su exitosa carrera como diseñadora textil y que lo haría sin titubear para seguir al hombre al que amaba. Así es, La Mexicana inicia con una historia de amor que llevó a su fundadora y directora ejecutiva a dejarlo todo: país, familia, amigos, trabajo, estabilidad, éxito y renombre para embarcarse en la aventura más importante de su vida. Una vez en Alemania, Mary Carmen se topó con la dura realidad de los que somos migrantes: la barrera del idioma, la adaptación a una idiosincrasia abismalmente diferente a la mexicana, un clima despiadado, las manos vacías y la creatividad desbordada. Tenía muchas ideas, empero su fascinación por la gastronomía fue lo que, finalmente, la encaminó a poner en marcha los cimientos de La Mexicana.

Centro de Distribución Bremen
“Empezamos con un estante, con pequeños pedidos de pan casero y tamales que vendíamos entre amigos y conocidos.”
Mary Carmen Ruiz
En una esquina de la bodega, que ahora sirve como centro de distribución, se encuentra el primer estante, el primer eslabón, la primera inversión de un anhelo. Mary Carmen sonríe cuando me lo señala y apunta con el dedo que ahí empezó todo; con unas cuantas latas y muchas ganas nació La Mexicana. Relata después, muy segura de sus palabras, que cuando se decidió a poner en marcha este negocio tenía claro que quería hacerlo bien, pero, sobre todo, quería hacer algo auténtico. Tiendas en línea hay muchísimas en Alemania y la mayoría de ellas venden los mismos productos y enfrentan los mismos retos: una rigurosa importación, dificultad para surtir los pedidos y para mantener los productos siempre disponibles a la venta. A sabiendas del desafío que esto implicaría, Mary Carmen decidió poner en marcha estrategias que garantizaran su competitividad en un mercado muy peleado. Cuenta con orgullo que su intención nunca fue abrir una tienda de abarrotes, lo que ella quería era entregarle al cliente una experiencia mexicana, por eso fue desarrollando proveedores locales que pudieran asegurar un surtido extenso de productos que, aunque elaborados en Alemania, estuvieran hechos por manos mexicanas. Es así como, sin pretenderlo, La Mexicana se convirtió en lazo coyuntural para muchos pequeños productores locales. Poco tiempo después, amparado por el número 69, el destino le entregó el espacio perfecto para albergar la primera casa de La Mexicana; un local acogedorsísimo y con mucha personalidad ubicado en pleno centro de Bremen, en uno de los barrios más multiculturales de la ciudad. Esa es la tienda que yo visité hace más de un año y de la que me enamoré instantáneamente. Con cierta nostalgia recuerda Mary Carmen el local que dio vida a este proyecto titánico. Hoy ese lugar forma parte de las memorias de La Mexicana, pues con las necesidades de un negocio en constante desarrollo, Mary Carmen tuvo que tomar la decisión de mudar la operación a un espacio más apropiado y con mayor envergadura.

“No creo en la suerte y tampoco me gusta jugármela.”
Mary Carmen Ruiz
Textualmente, con las manos en la masa, La Mexicana inició su transformación; aquello que comenzó en el comedor de una casa, pronto se convirtió en un modesto show room ligado a una tienda en línea que hoy en día se ha diversificado en distintas ramas: mini bistro, food truck, centro de distribución, tienda física y en línea, franquicias móviles, pop-up de degustación y participación en distintos festivales gastronómicos a lo largo y ancho de Alemania. Ninguno de estos logros ha sido fácil, apunta Mary Carmen, todo ha sido producto del trabajo en equipo, de la voluntad y de la diligencia en cada una de las facetas que La Mexicana personifica.

René Frohnecke Photography
“Quiero representar a mi país, a su gastronomía y a la riqueza de nuestra tierra.”
Mary Carmen Ruiz.
Mary Carmen tiene claro el futuro que le depara a La Mexicana. A pesar de los muchos miedos y las constantes trabas a las que se ha tenido que enfrentar esta empresa en crecimiento, su fundadora no piensa dar marcha atrás. Mary Carmen ya ha superado el fracaso, ha enfrentado la competencia desleal, las cifras negativa y márgenes de utilidad raquíticos, las prácticas mercenarias y la autoexigencia. También ha afrontado los sinsabores de una vida que no siempre está equilibrada entre lo personal y lo laboral. ¿Qué sigue? entonces, le pregunto con muchísima curiosidad, a lo que ella responde con una certeza imbatible: ¡Conquistar Alemania!
No basta con vender los productos a la comunidad mexicana residiendo en Alemania, para triunfar hay que convencer al paladar alemán. Para alcanzar este altísimo objetivo, la eterna perfeccionista, tiene en mente varias tácticas. El desarrollo de una marca y selección de productos propios, estrategias de marketing destinadas exclusivamente para el mercado alemán, cursos de cocina gratuitos en línea para alemanes, son apenas algunas ideas que han dejado el borrador para ponerse en marcha en el transcurso de 2020. Asimismo, La Mexicana planea seguir sumando presencia en distintas ciudades alemanas. Además de la casa matriz, localizada en Bremen, y de la tienda en Brunswick pronto se abrirán dos nuevas sucursales en el norte alemán.

René Frohnecke Photography
Hay que estar al pendiente de lo que sucede en los próximos años con La Mexicana, pues estoy segura de que dará mucho de qué hablar y no es para menos, lo alcanzado hasta el momento ya es excepcional.
No tengo manera de agradecerle a Mary Carmen Ruiz el acceso ilimitado que me otorgó para conocer a La Mexicana, para invitarme a lo más íntimo de lo que ella describe como el pasatiempo que se volvió su vida, su alma y uno de los proyectos más ambiciosos a los que se puede aspirar en el extranjero. Tampoco sé cómo podré pagarle su apertura, sinceridad, infinita modestia y generosidad. Esta ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que me ha tocado vivir en este lado del mundo y me ha dejado impregnada de orgullo nacional. Qué bonito es ver a una compatriota abrirse paso y vencer los obstáculos más grandes. ¡Enhorabuena Mary Carmen! ¡Qué viva siempre La Mexicana!

Fotografía cortesía de René Frohnecke Photography
Contacto La Mexicana:
Hohenlohestr.46, 28209 Bremen
(Lager und Verwaltung)
Lagerabverkauf: Box 2 (Erdgeschoss)
Büro und Verwaltung:
Bürogebäude,1.OG, Büro-Nr. 3 (90.86 km)
28209 Bremen
+49 01512 3127996