Fue amor a primera vista. Desde que llegué a vivir a esta ciudad, me enamoré del Puerto de Hamburgo; de sus muelles, de sus puentes, de sus canales, de sus estructuras aladrilladas, de su cobre verdoso, del rugido de sus aguas, de la finesa de sus playas y de sus faros que, desde la distancia, alumbran el camino de las embarcaciones que transitan por el caudal del río Elba.

El fin de semana pasado el Puerto de Hamburgo cumplió 830 años de haberse fundado, aunque, en realidad, la ciudad y sus actividades mercantiles ya existían como tales desde el año 808 d.C. e, incluso, hay evidencia contundente que indica que los primeros asentamientos permanentes en la región se suscitaron unos 4000 años a.C.
Esta celebración es la más grande de la ciudad porque el establecimiento de la urbe surgió justamente gracias a la posición geográfico-estratégica del puerto y al comercio marítimo que de éste se derivó. El puerto entonces dio origen a la ciudad y es lo que hace a este festejo tan especial. El Puerto de Hamburgo se ubica en las costas del Río Elba que desemboca en el mar del norte, a unos 110 kilómetros de la ciudad. Es el puerto más grande de Alemania y por eso se le conoce como La Compuerta al Mundo, a nivel mundial ocupa el lugar décimo quinto.

Aunque en el puerto ya había actividades mercantiles, es hasta el 7 de mayo de 1189 que el emperador romano Federico I (Federico Barbarossa) erige la ciudad. A partir de ese momento el puerto y la ciudad en conjunto comienzan un desarrollo acelerado que rápidamente lo posiciona como el puerto más importante y acaudalado de Europa Central cuya burguesía siempre gozó de prosperidad. Bajo el liderazgo de la Ciudad de Lübeck, Hamburgo y su puerto pactaron una serie de acuerdos que culminaron en la fundación de la Liga Hanseática en 1356, lo que coadyuvó a consolidar su lugar como puerto mercante y le proveyó de la seguridad que siempre fue problemática en la región. Así, dejó atrás los saqueos piratas y las invasiones danesas y se concentró en su crecimiento y prosperidad. Gracias a su poderosa actividad comercial, la ciudad se mantuvo, gran parte de su historia, como una entidad libre, es decir jamás regida por un rey o emperador. Hasta el día de hoy, el nombre oficial de la ciudad es Ciudad Libre y Hanseática de Hamburgo. Esta temprana independencia propició que las leyes, el temperamento ciudadano, la apertura, la tolerancia y la diversidad en la ciudad fueran adelantadas para su tiempo. Hoy en día, Hamburgo continúa siendo una de las ciudades más cosmopolitas de Alemania, cuna de grandes empresas multinacionales y madre de uno de los puertos más importantes del mundo.

Es también gracias al Puerto de Hamburgo que la ciudad presume uno de sus íconos arquitectónicos más emblemáticos; la Ciudad de los Almacenes (Speicherstadt en alemán) es el distrito de bodegas más grande del mundo, se construyó entre 1883 y 1927 y en sus más de 350,000 m² de piso disponible albergó millones de productos provenientes de todos los continentes del mundo y sirvió para acrecentar la actividad comercial del puerto.

A pesar de haber perdido capacidades y conexiones comerciales durante y después de las dos guerras mundiales, posterior a la Reunificación de Alemania, el Puerto de Hamburgo ha florecido, motivando así un crecimiento constante y sostenible en la ciudad, colocándola como una de las ciudades con mayor vanguardia en Europa desde hace más de veinte años. Hoy, el poderío y solidez del Puerto de Hamburgo se asemejan a aquellas épocas doradas del siglo XIX, su próspera tendencia es sólida y su posición en los mercados mundiales primordial para el comercio.

Para festejarlo, la alcaldía de la ciudad organiza un sinnúmero de eventos, de entre los cuales se destaca el programa marítimo. Durante el fin de semana en el que se llevan a cabo las celebraciones, alrededor de trescientas embarcaciones de todo tipo y envergadura son bienvenidas en el puerto. Sobre las aguas del río Elba se organizan desfiles náuticos en los que participan navíos, veleros, barcos-museo, cruceros, remolques del departamento de incendios, de la policía y buques militares, así como yates privados. En tierra, la fiesta durará tres días y sus actividades comprenderán mercados, exposiciones al aire libre, ferias culinarias regionales, eventos culturales y religiosos, conciertos y muchas otras atracciones que finalizarán con un despliegue majestuoso de fuegos artificiales y juegos de luces acuáticas. La ciudad no escatima esfuerzos, por el contrario, echa la casa por la ventana cada vez que el Puerto de Hamburgo tiene su aniversario, así que es una fecha perfecta para visitarlo y para disfrutar de las bondades de una ciudad con una tradición mercante milenaria.

¡Feliz Cumpleaños! Ahoi!
Que maravilla de relato…hasta me sentí ahí.
Tienes el “don”
Gracias Karen por llevarnos a tu ciudad
Me gustaMe gusta
Muchísimas gracias a ti, hermosa Rossy. Te mando un abrazote grande.
Me gustaMe gusta