Domenica Niehoff; de prostituta a activista.

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Legendaria Fotografía de Domenica Niehoff tomada por su amigo el fotógrafo Günter Zint

 

Hay historias que merecen contarse, algunas que merecen vivirse y otras, las menos, se han ganado el derecho de celebrarse. Así es la historia de la vida de Domenica Anita Niehoff, la prostituta más famosa de Alemania.

 

Domenica Niehoff llegó al mundo el 3 de agosto de 1945 y fue recibida por un entorno sumido en la pobreza de la posguerra. Colonia, como el resto del país, se reconstruía ladrillo a ladrillo mientras Domenica daba sus primeros pasos en un hogar en el que imperaba la violencia doméstica y la escasez. Su padre, de origen italiano, era el perpetrador de sus pesadillas infantiles y desde esa corta edad saboreó el desamparo, la orfandad, la desigualdad y la injusticia de un mundo construido por y para hombres. Su madre, Anna, huyó para proteger a sus dos hijos y los sostuvo, por algún tiempo, haciéndose pasar por adivinadora y cometiendo crímenes menores como fraude y usurpación de funciones. Esa fue la razón por la que Domenica y su hermano Amando fueron acogidos por el estado tras la detención de su madre, permaneciendo en un orfelinato católico hasta que Domenica cumplió los catorce años.

 

Sin siquiera haber cumplido los quince años, Domenica comenzó a trabajar como asistente contable, pero la vida que ella estaba destinada a vivir estaba muy lejos de los balances, de los haberes y los deberes. A los diecisiete años conoció a un proxeneta de cuarenta y dos años, dueño de un burdel, del cual se enamoró profundamente y con quien posteriormente se casó. Él le puso en bandeja de plata una vida desbordada de fiestas, lujos y viajes, que ella no pudo ni quiso rechazar. La fantasía duró diez años, hasta que en 1972 su marido se quitó la vida, frente a ella, al perder toda su fortuna.

 

Al enviudar, Domenica comenzó a dedicarse a la prostitución en el conocido prostíbulo Palais d’Amour, ubicado en la calle Herbert del distrito rojo de Hamburgo en el Reeperbahn, que es una calle peatonal con tráfico cerrado y de acceso exclusivo para caballeros. Ella no lo lamenta e incluso afirma en varias entrevistas que ella decidió libremente esa profesión, recalca que nadie la obligó. Quizá haya sido la vida misma la que la condujo hasta ese camino, quizá el recuerdo de las carencias y el desamor, quizá la memoria de los lujos y la falta de estudios. Eso sólo ella lo supo. Lo que sabe el mundo es que a partir de ese instante su vida se volvió pública y su sello fueron sus enormes pechos. Su amigo, el fotógrafo Günter Zint, comenta en una entrevista con el periódico Hamburger Abendblatt que su busto era engañoso, pues no era tan grande como lo era su corazón. Desde sus primeros días como sexoservidora, Domenica, a su ruda manera de querer, comenzó a luchar por los derechos de sus compañeras y por el reconocimiento de su profesión.

 

A partir de 1980, harta de lidiar con padrotes y mediadores, abrió su propio estudio. Ciertas fuentes indican que su nuevo local, también ubicado en la calle Herbert, estaba dedicado a la realización de fantasías dominantes, sin embargo, sus amigos cercanos sostienen que eso es mentira pues a Domenica no le gustaban los golpes ni la sumisión, no obstante, tras su muerte, equipo de todo tipo de dominación fue encontrado en su vivienda.

 

Fue en los años ochentas cuando Domenica inició su campaña en los medios televisivos, apareciendo en diversos Talkshows y dejándose fotografiar junto a figuras prominentes como Karl Lagerfeld, Achim Reichel y Gloria von Thurn und Taxis, entre otros. También fue objeto de halagos y curiosidad por parte de artistas plásticos y fotógrafos, y más pronto que tarde se convirtió en un símbolo de la cultura callejera. Pero su vocación no se encontraba frente a las cámaras, sino sobre el asfalto, en las calles, en donde desde 1990, cuando dejó la prostitución, trabajó para ayudar a las sexoservidoras a obtener derechos a través de legislación y reconocimiento. Así fue como en 1991 co – fundó la asociación Ragazza, e. V. dedicada a ayudar a prostitutas jóvenes, especialmente a aquellas con severas adicciones, a rehacer sus vidas y a dejar la profesión sin prejuicios y con un futuro asegurado.

 

La reina del Reeperbahn rompió tabúes, puso el tema de la prostitución sobre la mesa, tras su paso cambió vidas y en su memoria se sigue trabajando para lograr mejores condiciones para quienes se dedican a una profesión tan vilipendiada y estigmatizada, sin embargo, vivió una vida de soledad y depresión y, aunque siempre se rodeó de amigos, personalidades y artistas, en su entorno faltó el amor.

 

Domenica dejó este mundo hace casi diez años, el 12 de febrero de 2009 a las 10:44 de la mañana en el Hospital de Altona, en Hamburgo. El día de su entierro cientos de personas se dieron cita en el Panteón Ohlsdorfer. Ella fue la primera y, hasta hoy, única prostituta en descansar en el Jardín de las Mujeres, en donde sólo las personalidades femeninas de trayectorias honorables y admirables de Hamburgo se ganaron un lugar.

 

Aunque Domenica ya no está entre nosotros, el trabajo y legado de su vida sigue en pie ayudando a mujeres que quieren dejar la prostitución y las drogas. Ragazza, e.V. mantiene sus puertas abiertas para cualquiera que lo necesite y dentro de ellas vive el espíritu férreo, incansable y amoroso de su fundadora.

http://ragazza-hamburg.de/

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