Cuando dejé en el sótano las diecisiete bolsas de basura que contenían la vida completa del que en ese entonces aún era mi marido, sentí que moriría. La ruptura fue terrible y tuve muchísimo miedo. Cuando me separé de mi primer esposo alemán, estaba en un país que no era el mío, el invierno amenazaba con ser crudo y largo y aún no hablaba el idioma. Estaba sola, completamente sola y aislada. No sabía cuál iba a ser mi destino ni qué era lo que iba a pasar después de haberle dicho “¡Quiero el divorcio!”
Dos años después, cuando nos volvimos a ver en aquel juzgado de Neumünster, el día en el que mi acta de divorcio fue liberada, yo ya era otra mujer y sabía perfectamente bien hacia a dónde caminar. Entré segura, sonriente y decidida a saldar la cuenta que tenía pendiente con el pasado y salí de ahí sintiéndome emancipada. Mi vida, legalmente, había vuelto a ser sólo mía y yo podía hacer con ella lo que quisiera. Así lo hice.
Esa noche escribí las líneas que les comparto abajo, por si algún día, algun@ de ustedes, también siente la necesidad de sentirse finalmente L I B R E.
¡Soy libre!
Y aunque se me acabe la voz quiero gritar que
soy libre
Por fin desperté y me di cuenta de que
soy libre
La pesadilla terminó y al despojarme de las sábanas,
me sentí libre.
Quizá ayer perdí el norte y solté el timón.
Pero hoy dejo atrás la tormenta y navego
sola y libre.
Hoy la arena guarda sólo las huellas
de mis pisadas libres.
Respiro, corro y miro al cielo
totalmente libre.
Te devuelvo la cadena, el candado y la llave.
Y que no te quepa duda de que yo siempre
fui una mujer libre.
Y si bien toleré, excusé, permití y creí,
me mantuve siempre libre.
Te vas, me voy. Y al cerrar la puerta y cancelar
este contrato de amor,
mi corazón latió libre.
Te devuelvo las mentiras disfrazadas de promesas,
las penas y las malas muestras
de un amor que jamás fue libre.
Y estas dos lágrimas que hoy ves
caer por mis mejillas,
no las confundas, no son por ti.
Lloro porque soy de nuevo libre.
Si alguna vez te amé
lo hice siempre sabiendo que
soy libre.
Y hoy que te digo para siempre adiós,
lo he decidido también
completamente libre.
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